Me he vuelto fresa (consecuencias de la soledad)

Mañana es cumpleaños de Anne. Anne es la persona por la que se me hace poco complicado vivir sola. La conocí hace aproximadamente un año en el Estudio de Abogados donde trabajo, tiene casi 25 años, vive sola y su depa está a cinco minutos del mío.



Al inicio de toda esta aventura de buscar depa y vivir sola, vi en Anne a una potencial room mate... gracias a la vida que esta idea no maduró y hoy por hoy somos grandes amigas... la quiero mucho, compartimos muchas horas diarias, llegamos y salimos juntas del trabajo, juergueamos, a veces cocinamos y dormimos juntas, nos hemos comprado pijamas iguales, sus amigos ahora son mis amigos y una a aprendido de la otra muchas cosas positivas... el único problema con Anne (y la única razón por la que agradezco a la vida que no hayamos concretado la idea de vivir juntas) es que ella es... es... FRESA.

Alguna vez me definieron a la chica FRESA, como aquella que ve todo pink, todo de nubes y conejos saltando por la pradera... bueno, Anne es así. Es muy buena amiga, cariñosa, buena negociante... pero muy inocente para algunas cosas, no tiene malicia y cree que todas las personas sobre la tierra son buenas. Es de aquellas chicas que deja de propina más de lo que le resultó la cuenta, de las que da limosna hasta a los drogadictos, de las que llora cuando alguien les levanta la voz.

Yo, mujer autoproclamada "agnóstica, feminista, moderna" y pa’ remate abogada, hasta hace dos meses era una chica - y no lo decía yo - fría, calculadora, incapaz de inmutarse ante el sufrimiento ajeno, ruda, materialista, pragmática y todas esas otras características imputables a Miranda Priestly (el papel que hace Meryl Streep en "El Diablo viste a la moda")... pero, sucede que ahora, la combinación ANNE + SOLEDAD me están convirtiendo en una chica FRESA.

Ahora suelo emocionarme más, necesitar a cierta gente más, involucrarme con problemas ajenos más, expresar mis sentimientos afectivos aún más… ya no me gusta el tipo de chico que antes me gustaba, ya no quiero salir con chicos para sangrarlos, ya no escucho la música que antes solía escuchar ni frecuento los lugares que antes solía frecuentar. Me he convertido en alguien sensible con necesidad de afecto, de cariñitos, besitos y abracitos; y estas necesidades me han hecho pensar en la idea de poner mi corazón en venta.

El precio se los haré saber pronto… solo adelanto que no será pecuniario.

P1: Aqui estamos Anne y yo en algun luegar lejano de Lima la gris, cerca al mar. Aunque ni sabes de la existencia de este blogg (en realidad solamente le he dado la direccion de este hijo mio a cuatro personas), te dedico este post y te deseo que pases el mejor cumpleaños del universo, te re adorooo.